Por: Rudy Ortiz
Aldana Fernández es mentora de liderazgo femenino, impulsora de culturas organizacionales conscientes, tiene más de 20 años de experiencia en talento humano y durante 10 años lideró y posicionó Great Place to Work en Bolivia. Es una personalidad en el ámbito de los recursos humanos en el país. “Inicié trabajando en el área de psicología educativa y luego mi vida dio un giro hacia el área de recursos humanos y ahí encontré una gran vocación como es poder servir desde ese lugar y acompañar a las organizaciones a crear buenos entornos de trabajo para los colaboradores”, contó.
VALORES QUE MARCAN conversó con ella para conocer su opinión acerca del liderazgo femenino empresarial.
¿Cómo fueron sus inicios en el mundo empresarial?
Yo empecé a trabajar desde los 15 años. Trabajé en diferentes áreas y luego decidí estudiar psicología. Mientras estudiaba esa carrera también trabajaba. Inicié trabajando en el área de psicología educativa y luego mi vida dio un giro hacia el área de recursos humanos y ahí encontré una gran vocación como es poder servir desde ese lugar y acompañar a las organizaciones a crear buenos entornos de trabajo para los colaboradores. Entonces comencé a trabajar en multinacionales, fui creciendo hasta lograr llegar al cargo de gerente de recursos humanos.
Luego de toda esta experiencia decidí incluso emprender. Formé el primer Centro de Orientación Vocacional y Profesional del país, y a corto tiempo se volvió también una consultora de recursos humanos. En esa consultora desarrollamos muchos servicios y trabajamos con todo tipo de organizaciones y en ese momento nos dieron también la representación de Great Place to Work, una multinacional, y desde ahí desarrollamos la marca en el mercado. Y hace muy poco decidí dejar esta organización, dejé también mi consultora de recursos humanos y el centro de orientación para dedicarme ya a temas propios, personales.
¿Cuáles han sido los mayores desafíos que ha enfrentado como mujer en el mundo empresarial?
Como mujer, yo creo que el mayor desafío ha sido poder superar mis propias taras y dificultades, mis limitaciones personales, el creer que puedo lograr grandes cosas. Ese creo que ha sido mi mayor dificultad, creo que soy más algo personal que del contexto. Aprendí en ese trayecto que era necesario tener un equilibrio entre la vida profesional y la vida personal. Eso es difícil para una mujer que quiere conseguir grandes cosas en el plano profesional. Así que mi mayor desafío ha sido eso, cuidar mi casa, cuidar mi relación de pareja, cuidar mis hijos, cuidar mi entorno y además poder seguir avanzando en este crecimiento profesional también importante.
¿Qué logros considera que han marcado su carrera?
Hablar de logros no siempre es tan fácil. Es más, siempre que he recibido alguno siempre me acompaña una pregunta, si realmente me merezco algo así. Y el primero muy grande vino en el 2021 cuando me nombraron Mujer del Año; More Latinoamérica, reconoció a un grupo de ‘mujeres de Latinoamérica que estaba haciendo una gestión importante para ayudar a otras mujeres a desarrollarse y crecer. Ese fue un primer logro muy significativo porque fue un logro, un reconocimiento fuera del país. Posteriormente a eso también Fundación Iguales me entregó en el año 2023 un galardón como mujer que aporta a la transformación empresarial, lo cual para mí también fue sumamente significativo junto a otras cinco mujeres y luego de esto Bolivian Business me nombra también como una de las 40 mejores CEO en el país. Posteriormente me nombran dentro de las Mujeres de Madera, mujeres que también se distinguen dentro la actividad en la que se desarrollan. Y el año pasado fue algo que jamás hubiese imaginado, me nombran desde una universidad en México, me dan el Doctor Honoris Causa, a raíz de todas las actividades que vengo desarrollando con ONG y también con el empresariado apoyando a la equidad de género y la inclusión.
¿Cómo equilibra su vida profesional con su vida personal?
Le cuento que no siempre lo he logrado y tengo experiencias muy duras en torno a no saber equilibrar mis tiempos. Así que ha sido un trayecto de conocer, de aprender, de caerme, de tropezar muchas veces con ello, pero creo que hoy he logrado ese balance que se aspira, pero a partir de experiencias que han sido duras.
Desde el año 2018, cada fin de año hago lo que se llama el Mapa del Tesoro, que es para proyectar todo mi año y comenzar a definir cuáles son mis objetivos para todo ese año, en el plano personal, en el plano también profesional. La definición de estos objetivos es clave porque son aspiracionales y en base a eso comienzo a determinar qué quiero hacer en el plano profesional, qué quiero hacer para conservar mi salud mental, mi salud emocional, mi salud espiritual, qué quiero hacer con mi familia y voy determinando esas acciones que me van a llevar a conseguir ese equilibrio. Así que lo planifico a final de año.
El domingo en la noche es el día que yo planifico mi semana en base a esto que yo he decretado y he trabajo para el año, considerando todas las aristas que creo importante en la vida. Entonces de esa manera yo coloco en mi agenda actividades que son personales, que son familiares, que son profesionales, que creo que son importantísimos para lograr ese balance.
¿Quiénes han sido sus mayores referentes o mentoras a lo largo de su carrera?
La primera de ellas es mi abuelita. Ella tiene 99 años, se llama María Elba Landívar. Es una mujer increíble, tremendamente trabajadora. Me enseñó lo que es el sacrificio profesional, ella creó el Espino Blanco, un ícono en Santa Cruz, está en una esquina de la 7 Calles, y ella apoya a la familia, a que sus hijos logren también ser profesionales, pero realmente encarna a esa mujer valiente, trabajadora, creativa, innovadora, y por el otro lado muy amante de las relaciones. Entonces me enseña el valor que tiene relacionarse con las personas, de cultivar las relaciones desde la cercanía, el servicio, etc. Ella es mi primera mentora. La segunda es mi mamá, se llama Claudia Frerking, una mujer también muy trabajadora, muy orientada a la casa, nos ha dado muchísimo amor, nos sigue dando, el cariño, el estar permanentemente pendiente de nosotros, incentivándonos a ir por más, a trabajar, es quien nos da el apoyo; a mí me ha dado toda la confianza del mundo para hacer lo que yo quiero hacer. Y luego de eso tuve una mentora en la parte espiritual, ella se llama Amalita Elder, una mujer muy entregada al Señor, al servicio. Ella despierta en mí ese deseo de conocer más el camino de Dios y me ayuda a tener experiencias espirituales impresionantes. Me ha acompañado en muchas decisiones con una sabiduría tremenda. Así que para mí es otra gran mentora. Y luego he tenido mentoras ya en el plano profesional, una de ellas es la jefa de la carrera de Psicología en la UPSA, Marion Schulmeyer. Ella es una persona muy capaz, tremendamente inteligente, pero además muy orientada a lo que es la capacitación, alguien que permanentemente está instruyéndose y compartiendo conocimiento, así que me ayudó en ese sentido y me dio una serie de oportunidades para trabajar en diferentes áreas. Con ella estuve muy acompañada durante toda mi carrera y posteriormente a ella también.
Siempre he encontrado mentoras, tanto internacionales como también locales. Una de ellas es Patricia Hurtado, que me ha dado mucho apoyo para poder yo seguir desarrollándome en el plano profesional, pero también para poder seguir algunos objetivos que tenemos en común.
¿Qué consejo les daría a otras mujeres que aspiran a convertirse en líderes empresariales?
Mi consejo es que sean coherente, consistentes y perseverantes. No hay mejor cosa que ser auténtica en el liderazgo. No es necesario replicar ni ser igual que otras mujeres, sino que realmente las personas valoran es la autenticidad, el poder ser alguien creíble, pero a la vez competente. Es necesario capacitarnos, es necesario prepararnos bien, pero por el otro lado es necesario mostrarnos tal cual somos, y para eso hay algo tremendamente importante, nos tiene que gustar lo que vemos. Es decir, si nosotros queremos proyectar aquello que somos, pues tenemos que sentirnos a gusto con la persona en la que nos hemos convertido, de lo contrario vamos a estar siempre fingiendo ser lo que no somos. Así que hoy es necesario más autenticidad, pero también un cuidado especial hacia el trabajarnos interiormente para proyectar lo mejor hacía las demás personas.
¿Qué habilidades considera que son fundamentales para una líder empresarial exitosa?
Son varias, en este caso es la visión estratégica, es fundamental. Una mujer que mire el escenario, las condiciones internas y externas a la empresa. Una mujer orientada a servir a los demás, es decir, a buscar que los demás se desarrollen no solamente de desarrollarse o que le sirvan o que le briden todo, sino más bien una persona que esté dispuesta a hacer crecer a otros. Es importantísimo en el liderazgo femenino la empatía, el poder acompañar a las personas, a entender sus necesidades, pero también hacer algo por la otra persona y ayudar a que esa otra persona pueda mejorar lo que es convertirse en algo mejor. Importantísimo que dentro de esas cualidades o habilidades está la autoconfianza, que se pueda mostrar la persona segura de lo que piensa, de sus opiniones, ser coherente, consistente con sus mensajes y actuar en consecuencia. Estas habilidades ayudan a que la mujer pueda proyectar no solamente la preparación profesional por conocimiento, sino también tener el temple necesario para asumir desafíos y proponer cambios en el entorno.
¿Cómo cree que las empresas pueden crear entornos más inclusivos y equitativos para las mujeres?
Esa es una decisión estratégica. Si no existe una cultura orientada hacia la inclusión la de la mujer, hacia la equidad entonces esto no funciona. Y cuando la decisión es estratégica entonces se toman acciones para poder cambiar esa cultura organizacional y tener lo que se aspira. Eso quiere decir que las políticas y prácticas culturales tienen que estar en función de esa definición, quiero trabajar temas de equidad de género dentro de mi empresa. Cuando se toma esa decisión estratégica vienen las políticas y prácticas que acompañan esa decisión. Y luego tenemos que tener guardianes de esa cultura. Es decir, personas que estén cuidando todos los procesos internos que se esté trabajando alineado a esa cultura empresarial. Así que, si queremos ir hacia ese camino es necesario partir desde una decisión estratégica; segundo, desde estos cambios e incorporaciones y políticas y prácticas culturales; y el tercer punto fundamental, tener quiénes son esas personas que van a cuidar que esto suceda en la organización.
¿Cuál es su opinión sobre el papel de las mujeres en el liderazgo empresarial en el futuro?
Creo que el liderazgo femenino tanto hoy día como en el futuro son fundamentales. Estamos viendo que las mujeres complementan la mirada del hombre y por otro lado los mismos datos nos están diciendo que más mujeres en la mesa de decisión significa tener mejores resultados de negocios. O sea que no es sólo un tema de justicia, sino que también es un tema de resultados de negocios. Tener más mujeres lo que provoca es: mayor innovación en las empresas, mayor atracción del talento humano también, mejor rendimiento, pero también mejor fidelización del cliente interno. Es decir, la gente quiere quedarse en organizaciones que son más justas, donde hay trato equitativo y donde se tiene oportunidades iguales para todos. Por lo tanto, lo que estamos viendo es que seguir en esta lucha de lograr la equidad es una lucha permanente, sabemos que la brecha es de más o menos 130 años, por lo tanto, lo que necesitamos hacer es unir las causas comunes y poder trabajar en conjunto en proyectos que tengan un mayor impacto.
¿Qué mensaje le gustaría transmitir a las nuevas generaciones de mujeres líderes?
Me encantaría decirles que el trayecto empresarial es un trayecto de muchísimos desafíos, pero es maravilloso el poder sentirse pleno y satisfecho de lo que se haga. Que luchen por conseguir sus sueños, que busquen la manera de lograrlo, pero eso sí, recomendaría unirse, hacer alianzas, ser parte de comunidades, apoyarse y tener mentoras, recomendaría que no lo hagan solas, sino que busquen el apoyo de personas que piensan igual, que tienen pensamientos similares, propósitos similares para que el camino sea mucho más fácil. Cuando vamos juntas lo hacemos mejor que ir solitas, lo hacemos más rápido también.