
Por: Luis Ovando Banzer
La transición hacia una matriz energética limpia y descentralizada ya no es solo una tendencia global, sino una necesidad concreta para la sostenibilidad de nuestro país. Como país, Bolivia está dando sus primeros pasos hacia un modelo energético más descentralizado, donde los usuarios no solo consuman, sino que también generen energía limpia, la generación distribuida viene ganando protagonismo gracias a iniciativas privadas y al impulso de normativas como el Decreto Supremo 4477. Sin embargo, la falta de criterios homologados entre las distintas distribuidoras y entidades reguladoras todavía limita su verdadero desarrollo.
En Solaria, con más de 100 proyectos ejecutados y más de 6.1 MWp instalados en Bolivia, hemos sido testigos directos de cómo la energía solar se convierte en una solución eficiente, rentable y sostenible para familias, industrias, cooperativas y emprendimientos productivos de todo el territorio nacional.
No obstante —y a pesar de los avances regulatorios— sigue existiendo una fuerte asimetría en los criterios técnicos, plazos, formatos de conexión y esquemas de compensación entre regiones. Esto provoca retrasos, procedimientos confusos y, en muchos casos, desalienta a empresas e individuos que quieren invertir en sistemas fotovoltaicos conectados a red.
Hoy nos encontramos en un punto clave: el mercado está maduro tecnológicamente, los costos han bajado de forma importante, y los usuarios bolivianos están cada vez más informados y dispuestos a invertir. Las empresas distribuidoras, por su parte, también han reconocido el potencial de este modelo, pero lo hacen sin una guía única ni procesos uniformes.
Eso significa que el éxito o fracaso de un proyecto de inyección a red no depende del marco legal en sí, sino de interpretación y voluntad administrativa local. Esta fragmentación afecta la planificación y vuelve impredecible el retorno de inversión del usuario.
Si Bolivia estandariza los criterios y aplica reglas claras y homogéneas, el potencial es enorme. Solo con una mínima apertura y estabilidad administrativa se podría duplicar la potencia instalada en generación distribuida en menos de dos años. Hay industrias en Santa Cruz, La Paz, Cochabamba y el resto del pais que ya están listas para migrar parte de su consumo a energía solar, pero esperan un entorno más transparente.
Desde Solaria reafirmamos nuestra posición como empresa líder en soluciones solares de ingeniería, con presencia en todo el país, y creemos firmemente que la unificación normativa permitirá:
- democratizar el acceso a la energía limpia;
- atraer inversión privada;
- reducir dependencia a fuentes finitas de producción de energía.
- y convertir a Bolivia en un referente regional en modelos de autoconsumo con inyección a red.
Estamos convencidos de que la generación distribuida no solo es viable, sino imprescindible para diversificar la matriz energética nacional, reducir subsidios y crear empleo especializado.
Hoy contamos con la capacidad tecnológica, el know-how, y la experiencia de más de 100 proyectos operativos con inyección a red, que demuestran que el modelo funciona. Solo falta una cosa: reglas y procesos claros, iguales para todos.
Sobre el autor
Luis Ovando Banzer es Gerente General de Solaria S.R.L. y miembro de directorio en empresas clave del ecosistema energético y tecnológico boliviano.